jueves, 25 de octubre de 2012

Crónica de la ruta Muduex - Utande y vuelta

Ruta: Muduex-Utande y vuelta

Distancia: 8 Km.

Dificultad: Baja

Hoy hemos salido de Alcalá cuando la luz del día aún estaba rezagada. Camino de Guadalajara, el cielo se ha llenado de nubarrones negros y ha comenzado a llover.

En Muduex, nos hemos equipado de chubasqueros, gorros, paraguas, capas y polainas para emprender nuestra marcha de hoy bajo una lluvia fina y constante.





Muduex se encuentra en un ensanchamiento del Valle del Badiel, sobre una colina y tiene unos 100 habitantes, pero esta mañana un gran silencio invadía sus calles y todas sus casas permanecían cerradas.

Muduex quedó tras la Reconquista como lugar perteneciente a la Alfoz de Hita. Hasta principios del Siglo XVII no recibió el título de villa.

Su Iglesia Parroquial está dedicada a la Natividad. Nos hemos acercado a verla pero estaba cerrada.

Aunque su traza es románica, solo queda de su primitiva estructura el ábside semicircular y la torre cuadrada con cuatro campanas que está a sus pies con una parte baja en piedra y otra alta en ladrillo trabado al estilo mudejar.

El patrón de Muduex es San Diego de Alcalá

Comenzamos a caminar bajo la lluvia, viendo los colores del otoño en los chopos que acompañan al Badiel que por estas tierras transcurre hundido y casi oculto, la temperatura es suave e ideal para caminar.

Las paredes que encajonan el bello valle son de terreno montaraz y las cimas hoy están coronadas por una intensa bruma.

En nuestro trayecto alternan las huertas, ya desprovistas de frutos, con pequeños olivares y hermosas nogueras que ahora están dando sus nueces.

Hacía mucho tiempo que no caminábamos sobre el barro. Nadie ha protestado, por el contrario, nos alegrábamos de que la tierra que lleva meses ansiando empaparse, por fin hoy, recibiera la bendita agua.

En una hora, vemos asomar sobre otro collado la villa de Utande que ya conocemos.

En el pequeño pórtico de su iglesia hemos descansado un poco para en seguida emprender el camino de regreso, esta vez,  por la margen derecha del río.

Aunque el camino es otro, la quietud de valle vuelve a estar presente. Parece que la lluvia ha inmovilizado a toda la Naturaleza ocupada solo en saciar su sed y los caminantes ¡Cuánto nos alegramos!


Hemos entrado en Muduex por el cementerio y en el bar, nos hemos tomado la cerveza de hoy.

HASTA LA PRÓXIMA

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