lunes, 13 de enero de 2014

Crónica 12 de enero de 2014 - Morata de Tajuña - Camino de las Vegas


Grupo de Caminantes

Ruta: Morata de Tajuña – Morata de Tajuña (Por el camino de las vegas a Chichón)

Distancia: 12 Km.

Dificultad: Baja

Fecha: 12 de Enero de 2014


Hoy, doce de Enero del 2014, diecinueve caminantes nos hemos encontrado para arrancar con la primera marcha del año.  El grupo ha crecido en cantidad y sobre todo en calidad y era muy bonito ve con cuanto cariño nos saludábamos  a las ocho de esta mañana fría en el Parque Odonnell de Alcalá y la alegría que sentíamos de vernos. Hoy he visto que necesitamos tanto el contacto con la Naturaleza cada domingo como el encuentro con todos y por esta razón, hemos echado en falta a amigos como Jesús, Jaime y Mariana que esperamos ver pronto.

Previamente he de decir  que durante nuestro encuentro aún no había  clareado el  alba y el amanecer se estaba haciendo el remolón.

Con bastante oscuridad hemos salido hacia Morata de Tajuña con la intención de continuar el Camino de los Monjes hacia Guadalupe.

En la churrería de la Plaza Mayor de Morata y frente al Ayuntamiento, hemos tomado café con porras mientras unos con otros comentábamos dicharacheros los días de las Navidades pasadas… Julián ha tenido que dar una voz para que comenzáramos a andar unos minutos antes de las diez.

Delante del Ayuntamiento de dos plantas que preside la Plaza nos hemos hecho la foto de grupo y seguidamente hemos salido en dirección a la ermita de Nuestra Señora de la Antigua, patrona de la villa.



Continuando por el camino que sale a su izquierda vamos adentrándonos en la vega del río por donde caminaremos hoy.


El río Tajuña que nace en Maranchón en la provincia de Guadalajara y desemboca en el río Jarama cerca de Titulcia, tiene 120 Km. de largo y en él ha desembocado nuestro río Ungría que tantos domingos hemos acompañado.

El Tajuña a su paso por Morata origina un amplio valle  que se ensancha hasta un Kilómetro. Nuestro camino va por medio del valle  y a nuestra izquierda tenemos unos montes de yeso por cuyos bordes regresaremos.

Numerosos caces de agua cruzan la vega y numeroso molinos harineros siguen acompañando al Tajuña, así como todas sus fértiles parcelas de regadío que proporcionan riqueza a todos los pueblos que tiene en sus orillas.



Los vecinos de Morata que son gente amable dispuestos a compartir los recuerdos e historias de su pueblo, nos han comentado que hace años de Morata salían 30 y 40 camiones diarios llenos de verduras y frutas para Madrid. En estos momentos las parcelas están preparadas la mayoría para la siembra y las que están dando ya producción son las de ajos.


Una vecina nos ha dicho que el pueblo tiene ahora 7.000 habitantes de los que 1.500 son emigrantes. El pueblo se ve que fue agrícola, es grande y está tendido por una ladera mirando hacia el sur, pero de sus antiguas construcciones de adobe y grandes casas solariegas quedan pocos ejemplos. Urbanísticamente se ha deteriorado creciendo desordenadamente en sentido horizontal y vertical.

Es el mismo desorden que vemos en nuestro camino. Numerosas casas-chabolas poblando la amplia y productiva vega dándole una fea imagen en este tiempo en el que el campo carece del tono verde que todo lo hace más amable.


En un momento, nuestra senda nos acerca hasta la misma orilla del río y era asombroso verlo seguir su camino con su caudalosa agua, indiferente al maltrato que algunos hombres le producen. Lo  cruzamos por un puente de piedra y lo dejamos a nuestra derecha para no volver a verlo el resto de la marcha.


Al llegar al Molino del Manco, tenemos delante la carretera M 311 que une Morata con Chichón y por ella, girando a la izquierda, seguimos durante unos 400 metros para abandonarla enseguida y continuar por la vía pecuaria que cerca del monte nos lleva de regreso a Morata a donde queremos llegar antes de que cierren la iglesia.

Cuando paramos a tomar la fruta lo hacemos en un paraje acorde con todo lo que vamos viendo desde hace casi tres horas. Gracias que sin mirar a nuestro alrededor, compartimos alegremente un mazapán delicioso hecho por Isabel y por supuesto, el vino de la bota que hoy eran dos; una con tinto de crianza gentileza de Gloria y otra con málaga virgen de Angelo.



El día ha tenido prácticamente un único color, el gris. En un momento, el sol rompió la niebla, pero  lució solo un ratito.







 De nuevo en el pueblo, subimos hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Por dentro sorprende su anchura descomunal.

Enseguida nos cuentan que quedó desecha en la Guerra Civil, pero que con el esfuerzo de todos los vecinos, han logrado lo que tenemos a la vista: Una nave con cuatro capillas laterales  y un gran retablo dorado con siete lienzos con escenas de la Virgen y siete tablas con relieves de pasta de madera con escenas de la pasión.
El suelo del templo es de mármol blanco Y verde y tiene una hermosa pila bautismal en piedra, de estilo barroco.



No quiero acabar esta crónica sin hablar de La Pasión Viviente de Morata de Tajuña. Todos los Jueves Santo, más de 300 personas del pueblo actúan  en la representación y  muchos visitantes acuden esa tarde a un pueblo que se transforma en Jerusalén por unas horas. Es la única Pasión que cuenta con la Bendición Papal


                                                        ¡HASTA LA PRÓXIMA!


LA RUTA EN IMAGENES









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