Grupo
de Caminantes
Ruta: Chinchón
–Chinchón
Distancia: 13 Km .
Dificultad: Baja
Fecha: 19 de Enero de 2014
Hoy
19 de Enero, festividad de San Canuto, santo mártir del S. XI y rey de Dinamarca, habían anunciado que
llovería.
Nos
hemos trasladado en los coches hasta Chinchón y hemos aparcado en una plaza
frente a la ermita de La Misericordia. Allí mismo, en el bar “La Plazuela”
hemos tomado el café con porras. Cuando salimos para empezar nuestra ruta,
había comenzado a lloviznar suavemente.
Por
la Calle Grande que baja desde esta plaza hasta La Plaza Mayor, fuimos sacando
las capas de agua, los chubasqueros, polainas, gorros y paraguas, para afrontar
la mañana según se presentaba.
Es
admirable ver, cómo los caminantes no ponen ni una pega a las inclemencias del
tiempo y no como quien oye llover, sino oyendo caer la lluvia, nos agrupamos en
la famosa plaza de Chinchón con buen humor para hacernos hasta tres fotos de
grupo con diferentes perspectivas: Delante de la hermosa fuente que preside la
plaza, delante de su Iglesia Parroquial que no tiene torre y delante de la
Torre del Reloj que no tiene Iglesia.
Antiguamente
en esta plaza había un abrevadero para las bestias, cuando Chinchón era un
pueblo que vivía de la agricultura. Con el paso de de los años, la Plaza de
Chinchón se ha convertido en el símbolo y primer atractivo popular de la villa.
Tiene
forma irregular, casi circular y con un
urbanismo medieval. Sus casas de tres plantas, tienen largas balconadas de
madera (dicen los del pueblo que hay 234
balcones).
Ya
no tienen, ni el pueblo ni la plaza, el aspecto de antaño. Chinchón se ha
convertido en un lugar frecuentado por los turistas que desde Madrid vienen a
pasar el día buscando su gastronomía y sus productos típicos y La Plaza Mayor está llena de restaurantes y tiendas de souvenir.
En ella se desarrollan los principales eventos
festivos y por supuesto las corridas de toros. Hoy se podría decir que Chinchón
es una Plaza con un pueblo alrededor.
Eran
las 9,45 h cuando salimos de la céntrica plaza por la Calle de los Huertos,
donde se encuentra el Parador Nacional ocupando el espacio de un antiguo
Convento de Agustinos y llegamos hasta
la plaza de San Roque, que lleva el nombre de la ermita del santo del mismo
nombre que preside la plaza y que es el patrón de Chinchón. Se trata de una
ermita en mampuesto y ladrillo en la que además de San Roque, también se guarda
a la Virgen de Gracia, la patrona que se quedó sin Iglesia cuando los franceses
la saquearon y destruyeron dejando solo en pie su torre, la del reloj.
La
plaza de San Roque guarda todavía su estructura y fisonomía de pueblo de
agricultores y conserva su fuente con dos pilones abrevaderos.
Un poco más adelante nos encontramos el grandioso Convento de la Purísima Concepción, de Clarisas de San Francisco y pasamos a ver su iglesia que estaba abierta por ser hora de misa. Solo ocho monjas de clausura quedan en el convento.
Como Chinchón está situado sobre un páramo entre los ríos Tajuña y Tajo, nuestra ruta de hoy será una pendiente desde la meseta al valle y no tarda en aparecer ante nosotros una gran hondonada repleta de parcelas con olivos hacia donde nos dirigimos.
Caminamos
por una pista amplia al principio con el suelo de tierra yesosa que nos pone
las botas perdidas de un barro pegajoso. Abandonamos esta pista girando a la
derecha para continuar por una senda algo más estrecha que transcurre
encajonada paralela al Arroyo de las Cárcavas. Cuando llevamos hora y media descendiendo por una pendiente larga y tendida,
llegamos al río Tajuña. El paisaje cambia radicalmente; dejamos de ver olivares
para tender nuestra vista sobre la amplia vega que ya conocemos.
Sin
cruzar el río, giramos a la izquierda y nos dirigimos por el Camino de San
Galindo hacia el Castillo de Casasola. Se trata de unas ruinas que pertenecieron
a un castillo del S XIV con un gran foso a su alrededor.
Este
castillo situado en el término municipal
de Chinchón es un claro ejemplo de propiedad feudal, un castillo
residencia construido sobre una roca en una finca particular.
Como
no ha parado de llover nos detenemos en un mirador del castillo y en un cobertizo
de aquella ruina para tomar la fruta y compartir un trago de la bota que hoy
apetece muy especialmente.
Regresamos
a Chinchón sorteando múltiples caminos, sendas y veredas que se han ido
entrecruzando a nuestro paso, siguiendo ciegamente a Julián que nos dirige,
maravillosamente, hasta por un camino tan complicado como el de hoy sin
equivocarnos.
La
vuelta es toda subida y nos cuesta un último esfuerzo en esta mañana bastante
desapacible de agua, aunque no ha hecho frío.
Cuando
aparece de nuevo el pueblo, vemos detrás del Monasterio de Clarisas, El
Castillo de los Condes de Chichón del S. XVI, de forma rectangular y con torres
cilíndricas en las esquinas. Los Condes dejaron de habitarlo en el S. XVIII.
En
la Plaza Mayor tomamos la cerveza y nos despedimos hasta el domingo que viene.
¡HASTA LA PRÓXIMA !
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