viernes, 6 de junio de 2014

Crónica del 01 de Junio de 2014 - El Rio Guadiela




Grupo de Caminantes
  
Ruta: Por el río Guadiela. Desde el Embalse de Buendía  hasta la Ermita de la Virgen de los Desamparados

Distancia: 11.5 Km.
 Dificultad: Baja
 Fecha: 1 de Junio de 2014



En este primer domingo de Junio, todos los caminantes unidos íbamos a hacer nuestra penúltima salida de este curso.

A las 9h pasadas paramos a tomar café en Sacedón, donde Rosa y Luís nos obsequiaron con bollo y quesada. Es maravilloso pertenecer a un grupo de caminantes con tanta gente buena, solidaria y generosa.

Continuamos con los coches hasta llegar al Embalse de Buendía, situado entre las provincias de Cuenca y Guadalajara que detiene las aguas del río Guadiela y bajo ellas en el año 1958 quedaron enterrados el pueblo de Santa María de Poyos, Los Baños de la Isabela y las ruinas de la  ciudad romana de Ercávica.

Es curioso que a 30 m  bajo el agua quedara el Balneario Real de la Isabela, famoso por sus aguas curativas que debe su nombre a la reina Isabel de Braganza, casada con su tío Fernando VII, la cual se enamoró del lugar y se hizo construir un palacio que desgraciadamente no pudo disfrutar pues murió muy joven.

Quien sí disfrutó del palacio, los jardines y las aguas fue la hija heredera del rey también llamada Isabel, la reina Isabel II. Un camino real de 105 Km. unía  Madrid con este idílico lugar hoy hundido.

Nuestra ruta comienza a orillas del río Guadiela y para llegar hasta él, antes de cruzar la Presa, descendemos por una pista que sale a la derecha que nos deja junto al río, donde abandonamos los coches.

El Guadiela es un río que nace en la Serranía de Cuenca y antes de llegar a Buendía donde se le embalsa, ha recibido las aguas de dos ríos serranos que le hacen crecer su caudal: el  Cuervo y el Escabas. El  Guadiela continúa hasta el  Embalse de Bolarque donde se une con el Tajo.


Por una amplia pista emprendemos los caminantes nuestra ruta en un día claro, ideal para admirar los paisajes que nos esperan.

Aguas abajo nos vamos adentrando en un profundo cañón cuyas paredes verticales a veces se nos vienen encima.



Después de caminar una hora, llegamos a una zona llamada El Pontón donde hay una pasarela de madera situada sobre los arranques de un antiguo puente de piedra

Tras hacernos varias fotos en este lugar tan sorprendente por el paisaje que le rodea y envidiando no poder darnos un baño en las aguas cristalinas del lugar, continuamos el camino, mientras el cañón se va estrechando.




Desde lo alto de unos farallones calcáreos, los buitres nos observan curiosos mientras los caminantes seguimos enmudecidos ante tanta belleza paisajística y el color de las aguas transparentes del río Guadiela, a tramos, verde esmeralda y otros, azul turquesa.










La pista se corta para el tráfico rodado y una fuerte pendiente, nos lleva delante de la ermita de La Virgen de los Desamparados, donde el camino queda interrumpido por una alta pared.



La aparición del conjunto ermitaño sorprende por la belleza del enclave. La ermita se encuentra adosada a la roca y en torno al santuario, hay una excelente zona de recreo perfectamente urbanizada y perfectamente mimetizada con el lugar.


Ha sido una suerte encontrarnos con Manuel, el secretario de la Hermandad que no ha escatimado tiempo y simpatía para contarnos la leyenda del soldado que allá por el Siglo XVII, trajo a esta Virgen desde Valencia hasta este lugar  que fue el que Ella milagrosamente eligió.







Mientras paramos a tomar la fruta y echar un trago de la bota, vemos aparecer algunas embarcaciones que se acercan  navegando hasta aquí desde  el Lago de Bolarque y que dan una estampa  más bella al lugar, si cabe.

Julián nos hace subir  por unas escaleras situadas a la derecha de la ermita hasta alcanzar una altura bastante considerable desde donde admirar el paisaje de forma aérea



Seguidamente viene una fuerte pendiente hasta llegar de nuevo a la orilla del Guadiela.



Volviendo sobre nuestros pasos conseguimos llegar a los coches a las 14 h y poco después, en la Plaza de la Constitución de Sacedón tomar una cerveza fresca en una terraza frente a la torre de la Iglesia



Como hemos encontrado abierta la Iglesia Parroquial, aún hemos tenido tiempo de entrar en ella  y sorprendernos con su espectacular fábrica.


¡HASTA LA PRÓXIMA!


La ruta en imagenes

Crónica 11 de Mayo 2014. Horna y nacimiento del Río Henares



Grupo de Caminantes

Ruta: Nacimiento del río Henares y Castro Celtibérico de Castilviejo

Distancia: 11 Km.

Dificultad: Baja

Fecha: 11 de Mayo de 2014



Veintidós caminantes nos hemos encontrado esta mañana, dispuestos a emprender nuestra ruta del domingo e impacientes por conocer dónde nace el río Henares, un río muy  familiar para todos los que vivimos en Alcalá.

A la hora de salir, nos hemos dividido en dos grupos pues el Grupo B haría una ruta circular por el Tajuña.




Al llegar a Sigüenza el Grupo A  compuesto por 15 caminantes fuimos interrumpidos por  una procesión que había salido de la catedral a las 9h dispuesta a llegar en romería hasta el Santuario de Barbatona, situado  a 7 Km.

Cuando pudimos continuar, quisimos parar a tomar  café en la Ciudad del Doncel. Muchos bares permanecían cerrados y perdimos bastante tiempo hasta conseguirlo. Después, seguimos viaje por la carretera que une Sigüenza con Medinaceli y a 12 Km. encontramos Horna, lugar de nuestro destino.

Llegamos a la pequeña aldea cruzando un puente sobre el ferrocarril que une Madrid con Barcelona y en una de sus destrozadas y desiertas calles dejamos los coches.

Primeramente nos dirigimos a la Plaza donde se encuentran sus edificios principales: la Torre del Reloj, el frontón y un lateral de la Iglesia que según cuentan fue una hospedería en el pasado. En la plaza, llama nuestra atención un hermosísimo  “tilo“y bajo él, una fuente de piedra.  Es el lugar que elegimos para hacernos la primera foto de grupo. Dos nuevos caminantes se habían  incorporado al grupo en Sigüenza así que ahora somos 17.



 En  la Iglesia de San Miguel Arcángel, a todos nos sorprende su espadaña rectangular con hueco para tres campanas, rematada por pináculos con bolas. Su puerta de entrada se  abre a un atrio porticado, antes cubierto pero ahora bastante arruinado, dando paso hacia fuera a una pequeña barbacana delimitada por un muro, desde la que se divisan unas buenas vistas  de los verdes campos labrados, a lo lejos y  la vía del ferrocarril, en primer término.

Por dentro la Iglesia está bastante abandonada. En su única nave se pueden ver varios retablos barrocos y al lado del altar mayor hay una interesante escultura de una Piedad en cuya talla, la Virgen es toda una dama medieval.


A los pies de la Iglesia, sobre el muro donde se apoya la descomunal espadaña, hay una gran lona de obra que anuncia la amenaza de derribo.

Hemos podido visitar la Iglesia por dentro, gracias a la amabilidad de Jacob que nos la ha abierto.
Horna es en la actualidad, una pedanía de Sigüenza  con 11 vecinos. Está situado en la vertiente sur de  Sierra Ministra que separa las provincias de Guadalajara y Soria.

Atravesamos el escaso caserío por unas calles desiertas con bastantes casas caídas y sin atractivo, para salir de él en dirección al nacimiento del río Henares.

En una apacible plaza, una decena de gatos tumbados al sol, ven interrumpido su  descanso por las voces de los caminantes y se ponen alertas ante la presencia de Blacky que estirando sus orejas celebra la juerga que se puede armar en pocos segundos, pero Jesús estaba atento y la sujetó antes de que la fiesta empezara. ¡Singular estampa la de los gatos!

Es evidente que Horna ha sido uno de tantos pueblos abandonados por sus habitantes. Sólo algunas casas se han rehabilitado.

Salimos del pueblo, camino de la ermita de La Soledad que está a las afuera. Una ermita seguramente cargada de historia, pero víctima de la desatención y el abandono.



Cruzamos un puente del viejo ferrocarril trazado sobre la calzada romana que unía Mérida con Zaragoza y a tan solo 300 metros del pueblo, encontramos La Fuente del Jardín, como se llama el paraje donde nace el río Henares delante de dos espléndidos ejemplares de nogales y en medio de un juncal donde brota un manantial de agua clara y transparente que comienza a conformar un ancho valle.




  
Rodeando este emblemático lugar para los que venimos de una ciudad que lleva el nombre de este río, hay montes poblados de encinas, robles y carrascas… y un gran silencio que parece querer arrullar al recién nacido.

A partir de aquí y hasta su desembocadura en el río Jarama, cerca de Mejorada del Campo, el Henares tendrá que recorrer 150 Km.

Regresamos de nuevo al pueblo, abandonando el valle, para dirigirnos  hacia la ermita de la Virgen de Quintanares, patrona de Horna que se encuentra a orillas de nuestro camino de hoy  y que resulta ser un buen edificio en piedra   con la puerta de entrada entre dos contrafuertes y sobre ella una bella hornacina renacentista sin imagen.



Seguimos caminando por una amplia vía  rodeados de  verdes campos de cereal en dirección a Cubillas del Pinar con la intención de localizar el castro celtíbero de Castilviejo.



En un punto del camino podemos divisar, en distintas direcciones, los pueblos de Horna, Cubillas, Alcuneza y Guijosa.



Con nuestras voces, hemos asustado a una pareja de  corzos que cruzan dando saltos por los sembrados ante nuestras caras asombradas. Aunque el día es caluroso, la brisa que sopla es fresca por estar a  más de mil metros de altitud.

Cuando tenemos ante nosotros el pueblo de Cubillas, sobre un alto, giramos a la derecha y nos dirigimos hacia un cerro  donde hay unas formaciones calizas en cuya elevación  se aprecian restos de murallas.

Ascendemos sin gran dificultad y alcanzamos la cima donde encontramos el  magnífico ejemplo de castro celtibérico cuya construcción ronda el Siglo IV a. de Cristo. Anteriormente, este lugar, estuvo ocupado en época del bronce y después por los hispano-musulmanes que lo modificaron y utilizaron el recinto como punto de observación de la calzada romana.

Fue abandonado por sus moradores en  el Siglo II a. de Cristo en sus luchas contra los romanos.

El yacimiento tiene forma triangular. Dos lados del triángulo son defendidos por un precipicio que hace imposible el acceso al poblado. El lado mas vulnerable, por carecer de escarpe en pendiente, y por el que hemos llegado nosotros, está defendido por una muralla y tras esta, un foso y otra particular muralla llamada “anticaballo” consistente en grandes lajas de piedras clavadas verticalmente en el suelo.




La primera impresión que llevamos ante la aparición de tantísimas piedras clavadas, fue de sorpresa y después llegamos a pensar si sería un lugar sagrado pues parecían lápidas de un cementerio.




En su interior, el yacimiento está bastante arrasado por lo que no tardamos en  abandonarlo y descender  de aquel espolón rocoso por la misma senda que habíamos subido.

De regreso, divisamos el castillo medieval de Guijosa que muestra una bella estampa, de auténtica postal.



Cuando llegamos  a Horna,  pudimos tomar una cerveza antes de volver a Alcalá, a donde llegamos un poco más tarde que de costumbre, de forma excepcional.

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¡HASTA LA PRÓXIMA!



LA RUTA EN IMAGENES

Crónica 06 de Abril de 2014 Orusco - Carabaña de Tajuña.


Ruta: De Orusco de Tajuña - Carabaña de Tajuña - Orusco
Distancia:11.5  Km.
Dificultad: Baja


Los primeros días de primavera son los más apropiados para caminar por estas tierras del río Tajuña. La temperatura en el valle es templada en invierno y otoño, pero a partir del mes de Mayo y hasta Septiembre, andar por él se hace muy penoso por el calor y la falta de sombra.

La ruta que une estas dos poblaciones se puede hacer de ida y vuelta por la Vía Verde a través de 11Km. Nosotros proponemos una ruta circular que nos llevará desde Orusco a Carabaña por  un camino de tierra por el borde superior del valle y regresar de nuevo a Orusco por la Vía Verde. De este modo caminaremos por monte y por llano.






Situándonos a media ladera en el pueblo de Orusco donde se encuentra su lavadero cubierto que es un manantial natural con abundante agua que rompe en cascada formando un arroyuelo, saldremos de la población  dejando atrás el lavadero por la calle Peña Merina. Ir atentos porque a los 200 m aproximadamente, debemos abandonar esta calle y girar a la derecha por una amplia vía que ascendiendo, nos hará disfrutar del paisaje y la naturaleza desde su altura.  Divisaremos numerosas parcelas con olivos, encinas, carrascas y almendros, estos últimos,  en época de floración dan un toque de color al campo.


Además, el camino está bordeado de campos de labor y en las laderas se pueden ver: espartales, coscojos, espino negro y algún rosal silvestre.




Un fenómeno que nos llenó de curiosidad fue la enorme cantidad de telas de araña que con mil formas distintas estaban tejidas entre las ramas de cualquier planta del terreno.

Suponemos que será debido a que las corrientes de aire producidas por la diferencia de temperatura entre el fondo del valle y las alturas, hacen dirigir gran cantidad de insectos desde los humedales hasta las laderas montañosas. 



Poco a poco nos iremos acercando a la villa de Carabaña, otro pueblo situado junto a la rica vega del Tajuña. Entramos en él por un área recreativa situada en su parte alta. Sobresale del caserío, la torre de la Iglesia.

Iremos descendiendo por sus calles empinadas hasta situarnos abajo en la carretera y junto al río. Antes de cruzar el Tajuña por su puente de piedra, pasaremos delante de un antiguo molino harinero muy bien recuperado situado a la izquierda.

Enseguida entramos en la Vía Verde que nos llevará hasta Orusco sin ninguna perdida.



Volvemos a caminar sobre el trazado del antiguo ferrocarril inaugurado en 1851 por la reina Isabel II y el entonces presidente del gobierno Bravo Murillo, con el fin de acercar a la capital los productos agrícolas de estas tierras del sur de Madrid de un modo más rápido que cuando llegaban sobre carros tirados por mulas y el vino en tinajas bien mecido.  

Terminada nuestra ruta circular habremos recorrido once Kilómetros y medio.


FIN